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Ludwig Wittgenstein: A 100 años de la publicación del Tractatus

Considerado uno de los filósofos más influyentes del siglo XX -en 2021- se cumplen 100 años de su publicación Tractatus logico-philosophicus. Este texto afirma que la lógica de nuestro lenguaje es la que posibilita una representación con sentido del mundo, es decir, “el lenguaje construye realidad”.

Para conocer más, el Instituto de Humanidades de la Universidad del Desarrollo realizó, de forma online, el conversatorio “Ludwig Wittgenstein: Filosofía y legado”. El expositor fue Rubén Aguilar, PhD en Filosofía de la Ludwig-Maximilians-Universität. München, Alemania, y Magíster en Filosofía Moral de la Universidad de Concepción.

En cuanto al Tractatus logico-philosophicus (TLP) (1918/1921/1922), el experto señaló que, “el libro muestra – según creo – que el planteamiento de los problemas filosóficos descansa en la incomprensión de la lógica de nuestro lenguaje”. Si somos capaces de determinar sus límites, estos conflictos se resolverían y la filosofía desaparecería.

El TLP aborda temas como el sentido, que describe hechos del mundo, y el sin sentido, aludiendo a cuestionamientos que van más allá del “límite”, por lo tanto, no pueden ser respondidos. Un ejemplo sería la metafísica.

Años después, Ludwig abandona la filosofía y se dedica a la docencia en una escuela básica rural en Baja-Austria. Luego, entre 1926 y 1928, se desempeña como arquitecto.

No es hasta 1929 que Wittgenstein retorna a la actividad filosófica con el desarrollo de una nueva concepción del uso y juegos del lenguaje. Tras esto, Aguilar argumentó que su obra se caracteriza por ser extensa, críptica, fragmentaria y abierta, influyendo en artistas, escritores, poetas y pintores, pues permite la interpretación.

En cuanto al proceso de creación filosófica del alemán, señaló que “Wittgenstein escribe, corrige y reformula. Borra, recorta y transcribe. Una persona que reordena constantemente sus textos en busca de un equilibrio estético entre forma y contenido”.

Este comportamiento refleja una aproximación crítica de Wittgenstein hacia su propio pensamiento, lo que se traduce en que su filosofía cambia y muta con el tiempo. Así hay quienes reconocen un “primer” Wittgenstein (cuando escribe el Tractatus) y un “segundo” (el que redacta “Investigaciones Filosóficas). Aguilar, sin embargo, piensa que es uno en constante movimiento.  

Finalmente, explicó que hay varios factores que lo hacen relevante en la historia, tales como el haber propiciado dos corrientes filosóficas centrales del siglo XX y el modificar nuestra comprensión tradicional de la filosofía.