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A 100 años de 1920, una década contradictoria – El Mercurio

La publicación de la Universidad del Desarrollo analiza desde diferentes focos el desarrollo de la política, la economía y las artes en esos 10 años de luces y sombras.

Tomando como motivo que este año se cumple un siglo desde que se inició la década de 1920, el Instituto de Humanidades de la Universidad del Desarrollo publica “1920, una década de contrastes” (Editorial Trayecto, 312 páginas, $11.900 en librerías y $10.000 en Trayecto.cl), que reúne el trabajo de cinco investigadores —Valeria Frindt, Nora Fuentealba, Raúl Campusano, Paolo Acevedo y Juan Pablo Couyoumdjian—, bajo la edición del director del instituto, Guido Larson.

“Esta fue una década muy relevante desde el punto de vista histórico, porque es cuando comienzan a germinar en Europa los procesos que van a terminar llevando a la Segunda Guerra Mundial. Además, es una década interesante desde el punto de vista de sus procesos culturales y artísticos, en cuanto a que uno encuentra luces y sombras”, explica Guido Larson.

—La tesis central del libro es la contradicción que se vive en esta década.

“Toda esa idea de los locos años veinte, de una década vivencial, hedonista, de disfrute del cuerpo y de la mente, proviene, en realidad, de Estados Unidos. Pero si uno traslada la mirada a Europa, a Alemania, por ejemplo, está literalmente en el suelo: las compensaciones que debe pagar por el Tratado de Versalles la asfixian y eso va a significar el surgimiento del nazismo alemán, en paralelo con el surgimiento del fascismo italiano. Tenemos esos elementos contrastantes, dependiendo a dónde uno mire. Por el lado de la literatura, a su vez, y a nivel nacional, es el comienzo del término del criollismo y el surgimiento del modernismo, en una especie de tensión. Es decir, confluyen tendencias mutuamente excluyentes y contradictorias”.

Larson agrega más ejemplos de esa doble vía: es una época en la que se desarrolla la primera ola feminista, pero también de críticas de sectores más conservadores, que consideran que esta resignificación de la mujer atenta contra los paradigmas establecidos. O el tema racial: se admira a las cantantes negras del jazz, pero se tolera a un grupo como el Ku Klux Klan.

El libro vincula ese ánimo del mundo con el ánimo en Chile. De acuerdo a Larson, la década parte acá con el fin del gobierno del Presidente Juan Luis Sanfuentes, que había sido de bonanza, pero que ya vislumbra la crisis que producirá el salitre sintético de Alemania. Así recibe el país Arturo Alessandri, con un cierto grado de desestabilización social y económica, sucesos que finalmente llevan a su renuncia, la Constitución de 1925 y la posterior dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, al finalizar la década. Luego, el golpe de la gran crisis económica iniciada en 1929.

“Creo que una de las cosas interesantes que tenemos en el país es que junto a la desestabilización política y el declive económico viene una amplia creatividad, por ejemplo, en el ámbito de la literatura. Nuestros grandes literatos y poetas escriben algunas de sus primera obras en este período; estoy hablando de Neruda, Huidobro, De Rokha”, afirma Guido Larson. También se aventura a extrapolar los sucesos de hace un siglo con 2020, y aunque nada se repite en la historia, señala que hoy vivimos una pandemia que nos ha mantenido encerrados, sin certeza de cuántos y quiénes van morir, una similitud con las muertes que trajo la gripe española y la propia guerra hace un siglo. Quizás después de esto venga una gran energía creativa.