La gracia de la Copa América es que como la juegan pocos equipos, siempre se cree que hay más opciones de ganarla. La verdad es que hay países que la ganaron jugando siete, seis, cinco o cuatro partidos. Incluso Uruguay en 1987 fue campeón y apenas jugó dos veces. Ahora son seis partidos. Casi como un mundial. No es fácil. Menos para Chile que cada vez se ilusiona mucho, pero nunca ha levantado la copa. De que ha estado cerca… ha estado cerca, pero en 99 años nunca la ganó. Da rabia y hasta pica. La ganó Paraguay, Perú, incluso Bolivia en 1963, pero Chile nunca. Yo me pregunto, ¿por qué se dice que esta es la mejor generación chilena de todos los tiempos? ¿Porque casi todos juegan en Europa? ¿Porque muchos fueron a dos mundiales seguidos? Son datos duros y concretos que demuestran que estos jugadores algo han hecho por Chile, pero falta. Si es o no la generación más brillan- te, asumo, que no nos lleva a ningún lado. De Bravo, Vidal, Medel y Sánchez no nos vamos a olvidar nunca, pero para que nos acordemos siempre de Isla, de Carmona, de Aránguiz, de Vargas o de Díaz, este equipo debe ganar algo. Es que por ejemplo, esa se- lección se canta casi de memoria… Escutti, Contreras, R. Sánchez, Navarro, Eyzaguirre, Rojas, Ramírez, Toro, Landa, Fouilloux y Leonel…. Más de cincuenta años y sus nombres intactos, porque rozaron la final de un mundial y eso que jugaban en Colo Colo, en la U o en la Católica. Otros tiempos. Por eso no nos lleva a nada discutir si esa o esta es la mejor camada de jugadores. Chile tiene que ganar algo y la puerta se le abre hoy. En su casa, con un equipo que se conoce y que parece jugar de memoria. Es gracioso, pero todos hablan bien de Chile. La generación que le ganó a Argentina, que dejó en el pasado la poca personalidad para jugar de visita, que clasificó dos veces seguidas a octavos de final de un mundial, la que después de casi 25 años ganó en Asunción o en Lima. La que tuvo de rodillas a Brasil en su mundial, pero a la hora de los “quihubos”…. Golea- do por Brasil en Sudáfrica. Último penal al palo en Belo Horizonte, superado por Venezuela… por Venezuela!! Que nunca había clasificado a una semifinal de Copa América!! Que en cuarenta y tantos años se había comido las boletas más ignominiosas de la Copa – en Argentina 2011, cuando los locales y Brasil se habían ido eliminados. Siempre nos ha faltado algo. No basta con jugar bien y tener personalidad. Hay que ganar… Ojalá jugando bien y con personalidad, pero lo primero es ganar. ¿O Uruguay era un deleite en 1987 cuando fue campeón? ¿ O Paraguay hizo el mejor fútbol de su historia en 1979 cuando le ganó a Chile? Pfff. Tuvo sangre fría, actitud, manejó su partido y brilló o no, da lo mismo. Nos acordamos de la copa, del título, de las medallas y después de cómo jugamos.
Cuando pasé de curso en tercero medio, me acuerdo perfecto de mis notas. Y llegué a cuarto medio perfecto. Si el examen que di fui brillante o no, no recuerdo. En realidad no importa. Me acuerdo que pasé de curso. El estudio y la disciplina me llevaron al éxito, pero ¿Y si hubiese repetido? ¿Hubiese importado? Ahora es parecido, hay que practicar. Hay que jugar bien. Ojalá metiendo un par de taquitos y una rabona al mejor defensa del rival, pero hay que ganar. Saber ganar y saber cuidar los resultados. Esa es la misión de Chile en esta Copa. Ganarla de una vez por todas y dejarnos de quedar felices porque la roja remató diez veces más que Argentina, o que le ganó a Uruguay en posesión de balón por 70% a 30%. Los goles mandan y con eso se ganan los campeonatos.
Pista difícil eso sí. Brasil viene picado. Messi viene picado. Colombia viene ganoso. Con alguno de esos Chile va a jugar y tendrá Sampaoli que ingeniárselas para despertar a sus “kamikaze”. Vale todo. Videos, gritos, bonos, premios. Lo que sea. Pero lo que más vale es que esta linda generación de jugadores, este equipo correctito y cumplidor gane un campeonato. Que no solo postule y tenga méritos. Que como los que son de verdad, asuste antes, sea mejor durante y festeje después.