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¿Qué se siente ser UDD?

“¿Realmente afecta estudiar “arriba”? o, mejor dicho, ¿nos hará peores profesionales?”

Julio Manterola columnaPor Julio Manterola S. Estudiante de Periodismo. Abril, 2015. 

Muchos han sido los adjetivos que hemos recibido los udedianos por el solo hecho de estudiar en la “cota mil”. Zorrones, cuicos o inconscientes son solo algunos dentro de un completo diccionario que, seguramente, nos alcanza- ría para escribir un libro. Compartimos esta rigurosa e inflexible crítica con otras universidades del sector, pero, ¿real- mente afecta estudiar “arriba”? o, mejor dicho, ¿nos hará peores profesionales? La respuesta a esta pregunta es simple. Si bromean con la falta de aire en el sector debido a la altura, nosotros podríamos hacerlo con el exceso de smog en el resto de la capital, pero nadie debería ser tan básico como para pensar así y menos aún caer en el juego de la discriminación recíproca. No creo que sea pertinente enjuiciar a unos ni otros. La calidad de persona y más aún, de profesional, no se mide por distancia de viaje o comodidades, eso es cosa de suerte y, en muchos casos, implica un gran sacrificio. Siempre tendremos compañeros que viven a pasos de la universidad, otros en los cerros cercanos o re- partidos en distintas comunas y regiones. Debemos considerar que la universidad es un espacio común donde coexisten diferentes realidades y personas. Algunos vivimos arriba, otros vivimos abajo, tenemos incluso alum- nos extranjeros, entonces ¿nuestro origen marca realmente la diferencia para lo que podemos llegar a ser? Ser de la UDD es mucho más de lo que las simples apariencias dejan ver. Una vez, un alumno de la universidad dijo “somos todos como iguales”, si bien le encuentro razón, lo entiendo así porque somos personas, aspiramos al éxito, queremos ser mejor
que nuestros padres y poder entregarles algún día a
nuestros hijos, lo mismo o
más de lo que nos han dado.
Un futuro gran profesional se
trabaja y forma desde “chiquitito”. Para esto, la uni
versidad entrega las herramientas, y es tarea nuestra,
hacerlas propias y trabajar día
a día para ser siempre mejores que ayer. Debemos estar comprometidos al máximo y ser conscientes de que somos plenamente capaces, porque la universidad la hacemos todos, depende y recae sobre nuestros hombros, el peso de ser un profesional de excelencia, ser lo que la UDD busca en nosotros.